sábado, 14 de enero de 2012

Cagüen!!!

Otro susto. Ya pensaba que había perdido otro blog. Joé. Y no, es que he metido la otra dirección de correo. Y tengo algo importante que contaros.

Llevo unos días sintiéndome rara, y al final me ha dado por pensar que estoy embarazada. Lo cierto es que no lo sé, porque estoy en la semana en la que me tiene que venir el período y cualquier cosa de las que me pasan puede ser por el síndrome premenstrual, así que... de momento, no pienso alarmarme o alegrarme o lo que sea que me tenga que pasar.

Lo cierto es que tengo sentimientos encontrados, por un lado, soy pobre como las ratas, y ya no tengo más que mi trabajo para mantenerme, con lo cual, si tuviera más descendencia, tendría que empezar a pensar en vender mi cuerpo (mejor al peso, creedme). Pero luego me digo que con renunciar a unas cuantas cosas, eso tampoco sería problema. Y ahí viene lo malo.
Llevo toda la semana fantaseando con la opción de que todo esto sea cierto. Y no os lo vais a creer, pero me sentía... feliz!!! Sí, feliz, feliz, feliz. ¿pero será posible? ¿realmente quiero tener otro hijo? Yo hasta hace un mes (mentira, dos semanas) habría jurado que nunca mais, que no quería volver a pasar por un embarazo, parto, engordar (más de lo habitual) y todo lo que conllevaba.
No sé si me vais a creer, pero en lo último que he pensado es en la naturaleza de mi relación con Rafa, está claro que él sería el padre de la criatura, pero lo veo borroso en mi vida, y eso que ya he reconocido que me cuesta mucho intentar vivir sin él, porque hasta ahora todos los intentos han sido fallidos. Y sigue teniendo cosas que no me gustan, pero nada, así que ahora cuando esto pasa me deshago de él hasta que le echo de menos otra vez y punto.
Pero... ¿y si tuviéramos un hijo en común? Es que ya me imagino, porque yo me tengo por buena persona, pero cuando soy mala no me gana nadie, y cuando me enfado no pienso, y cuando no pienso empiezo a ser mala de verdad. Pues nada, vete de aquí, al niño no lo ves...
ay ay ay... Y todo esto sólo de imaginar, que yo creo que ya me está dando dolor de ovarios.
La que más se iba a alegrar con todo esto es María, porque no hace más que reclamarme un puñetero hermanito a todas horas, otra cosa sería cuando lo tuviera, porque mi niña, lo que es compartir, no comparte nada.
Y mi familia... Dios, no lo quiero ni imaginar, de hecho, creo que lo mantendría en secreto hasta que fuera más que evidente. Lo que en mi caso... No sé, ¿sabéis cómo me los imagino yo? Mirándome con cara de lástima, o peor aún, como si pensara que soy gilipollas y no lo pudieran disimular al mirarme. Eso lo llevaría fatal.
Bueno, en cuanto sepa el desenlace de esto, os lo cuento ¡palabra!

1 comentario:

  1. ¡Jajajajajja! Y entonces yo lo consigo a la próxima y, ¡hala! más o menos de la misma edad, para irnos por ahí y pedorrear como dos madres madrazas, ;) Cuenta, cuenta... Besitos!!

    ResponderEliminar