martes, 24 de enero de 2012

La hora del café

Bueno, realmente el que se ha ido a tomar café ahora mismo ha sido Carlos, así que yo aprovecho y escribo. Es que cuando llego a casa llego derrotada, y no me apetece escribir, ni nada, la verdad.
En fin, esta semana estoy particularmente cansada, porque he tenido que ir a Ñordiland a echar una mano. Vaaaaaaaaaaale, para ser justos, ya no es tan Ñordiland, aunque sigue lleno de ñordilanos, eso sí. Qué cerdos son, por Dios. Menos mal que mi padre es lo más pulcro del mundo, aunque Ana tiene razón (cómo no) como siga así el pobretico va a caer en una depresión. Y es que trabajar para David debe ser peor que trabajar para mi madre, jajaja, bah, la verdad es que son los dos por el estilo. En dos palabras in soportables. ;-)

Después de mi falsa alarma de la semana pasada he estado pensando mucho. Ya me veía yo como en los anuncios de la tele con mi familia feliz, mi Rafa recuperado..., cuando me vino la regla ¿no? pues la verdad es que desde entonces me habré enfadado con Rafa como cuatro o cinco veces. Es que tiene mucho morro. La verdad, yo creo que ni siquiera lo controla, porque la mitad de las veces no entiende por qué me enfado. Total, él solito acabó con toda la cerveza de mi casa, y eran doce botes de nada, y ha tardado dos semanas en bebérsela, pero coño, que ahora yo quiero una y no tengo, y si compro es peor, porque por cada una que yo me bebo él se bebe seis. Y no, no lo entiende. Ayyyyy, este hombre a veces es desesperante. Así que no, para tener un hijo así premeditado no es. Que tenemos un "accidente" (qué horror de palabra ¿verdad?), pues nada, adelante con lo que sea. Por cierto, y hablando de accidentes, ¿os acordáis del señor jabalí que me cogió manía y casi me parte la espalda? Bueno, resulta que me van a indemnizar, sí señor, y eso que fui muy buena, no cogí ninguna baja (aunque me moría de dolor ¿eh?) y estuve yendo al trabajo tooooodos los días. Ja! A veces mola ser legal, aunque todos dicen que con baja me habrían dado el doble. No te jode, y si me hubiera muerto, ahora mi hija sería rica, coño.
Ayer me quedé dormida.
Así, sin más, abrí el ojo y vi que entraba el sol por la ventana (gran día hizo ayer). Me pegué un susto de muerte, porque considerando que me levanto todos los días a las seis y media de la mañana..., ya os podéis imaginar a qué hora veo yo salir el sol todos los días, jajaja. En fin, que me levanté a las nueve y cuarto o así, hala, tres horas de más. Como dice mi jefa, eso que me he ganado, gran sabia mi jefa ¿verdad?
Casi se me olvida, y he empezado el post para hablaros de ello. O de ellos. Me estoy leyendo "El mundo amarillo", sí un libro absolutamente fastidioso, que habla de lo bueno que hay en lo malo de la vida. Como leéis, es cierto. Lo que pasa es que da que pensar eh? Porque yo tengo absolutamente claro quiénes son mis amarillos (también mis negros, que en el libro no salen pero...), lo que me da por pensar es si yo algún día seré un amarillo para alguien. Aunque sería una responsabilidad eso sí.
Bueno, majos, que se va a acabar la hora del café de Carlos y va a llegar la mía.

1 comentario:

  1. ¡Jajajajaja! Me encanta leerte, ;) Eres como viento fresco, querida. Me ha intrigado ese libro que estás leyendo, voy a ver si lo pillo, ;) ¡Hala! Disfruta del café, muaks!!

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