lunes, 27 de febrero de 2012

Después del fin de semana

Es el tercer día que no lloro!
Miento, lloré un poco el sábado de madrugada, en la cama. Aunque salí, el alcohol no tuvo nada que ver, y fueron lágrimas de impotencia.
Si os cuento...
Al final me pegué el homenaje. No quiero entrar en detalles, pero fue brutal. Claro que Rafa es lo que tiene ¿verdad? Sí, lo siento, tenía ganas, le convoqué y vino. Y estuvo mal, y estuvo bien, y fue bonito, y fue triste. Fue tantas cosas...
¿las lágrimas? Salieron sin más mientras hacíamos el amor. No hablamos de nada. Sólo me dijo que todo es culpa suya, así que no quise que siguiera hablando. Ese era mi limbo, mi premio, lo que yo quería hacer en ese momento. No le permití estropearlo. ¿El resultado? Ahora tengo una resignación que antes no tenía. Y también certeza. Rafa no va a curarse nunca porque no puede. ¿Otra? Que no puedo dejar de quererle, pero por fin me he convencido de que no podemos estar juntos siendo la pareja ideal. Él no puede hacer feliz a ninguna mujer permanentemente. Así que, si me apetece, si tengo ganas, tiempo, volveré a convocarle y volveremos a hacer el amor como si nos fuera la vida en ello, y estaremos un ratito abrazados, y luego haré que se vaya para poder dormir el resto del día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario