viernes, 30 de marzo de 2012

¿Voy a tener que ponerme seria?

Hoy me he levantado con las noticias. Joder cómo está el mundo. Es una pena que de una huelga general, las imágenes con las que al final nos vamos a quedar todos es la de los salvajes que se dedicaron a patear el edificio de la bolsa de Barcelona (todos ellos anti-sistema con zapatillas Nike, eso sí), los que se dedicaron a quemar contenedores, o a amedrentar a la gente que iba a trabajar.
Para mí, la huelga es un derecho constitucional, pero también lo es ir a trabajar si ese es mi deseo, o que mi hija pueda acudir al colegio. No entiendo a la gente que delante de niños se dedica a insultarte porque has tomado una decisión, una decisión que puede suponerse tan pensada como la de ellos ¿o no? ¿Soy tonta por no unirme a la huelga? ¿Por no compartir sus pensamientos y opiniones? Y sé que está todo verdaderamente jodido, y sé que tengo la gran suerte de tener trabajo hoy en día. Y sé que hay explotadores que pueden aprovecharse de las últimas medidas, y lo siento por los funcionarios, porque yo no creo que sean vagos y se lleven su dinero (que no el mío) de balde. No, no me lo creo ¿sabéis por qué? Porque desde el robo de mi bolso he tratado con un montón y son amables, serviciales han hecho un montón de cosas por intentar ayudarme. En todas partes cuecen habas, es verdad. Pero gente buena y mala la encuentras en cualquier parte, y vagos, y chulos y ladrones.
Pero no, a mí, mis jefes no me tratan mal, me pagan por encima de la media (a mí y a mis compañeros), nos respetan vacaciones, médicos, cosas de los niños, y cualquier cosa personal que se os pueda ocurrir.
Y ya sé que lo estoy llevando todo al terreno personal, que esto hay que pensarlo más globalmente, pero no. A mí me han contratado estas personas. Personas que están sufriendo lo indecible para no echar a ninguno a la calle. Porque no pueden hacerlo sin que se les rompa el corazón.
Y esta es la síntesis de este post. Tengo unos jefes con un gran corazón. Casi somos como una pequeña familia, y lo que le pasa a uno, les pasa a todos. Cuando me robaron el bolso el otro día, les faltó tiempo para darme 100 €, "para que no llores más", me dijo mi jefe.
Así que señor piquete informativo con un palo en la mano, no, no me das ningún miedo. Y las locas que estaban en la puerta del colegio, pues tampoco.

1 comentario:

  1. Bueno, pues ya estamos aquí, de vuelta de las vacas, con la resaca de la huelga olvidada (que sepas que yo soy la primera que respeta el derecho a la no-huelga). ¿Qué tal vas? ¿Cómo lo has pasado? A ver esa entrada post-playa. Besitosmil!!!!

    ResponderEliminar