miércoles, 2 de abril de 2014

La furia de una mujer ¿despechada? Nooooo, robada!!!

No sé qué título poner, la verdad.

Decir que estoy cabreada es poco, aunque tampoco sé muy bien por qué. Porque no ha hecho nada fuera de lo corriente. Ha vuelto a robarme, sí, y a mi hija, también, pero eso lo lleva haciendo todos estos cinco años.
Creo que estoy cabreada porque he descubierto que no me quiere. El caso es que yo a él tampoco. Pero la verdad es que estoy teniendo pensamientos y deseos muy nefastos relativos a él. Yo creía que no era rencorosa, pero joder...., quiero que se muera, quiero que todo el mundo le de la espalda, quiero que todos sepan lo que es. Y luego me cabreo más todavía, porque la vida que vive, no es vida. No tiene ningún amigo que sea de verdad, al que no haya defraudado y que no quiera saber nada más de él. Y este gilipollas ya no puede engañar a nadie. Yo he intentado sostenerle durante cinco años, que se dice pronto. Al principio en nombre del amor, y luego.. ¿en nombre de qué? ¿A qué tengo miedo? Porque lo que debería darme miedo es seguirme degradando como lo hago. Lamentablemente, él se ha dedicado a coger todo lo que yo le he dado. No le estoy disculpando, ne c´est pas possible, la verdad. Creo que ahora mismo a nadie en el mundo tengo tanto asco como a él. Hoy me he dejado el móvil en casa, y estoy jodida porque no he podido ponerle ningún mensaje para que me devuelva el dinero. No creo que nunca me lo devuelva, pero no se le va a olvidar nunca tampoco. Parece mentira que no me conozca.
En cuanto me toque las narices un poco, mensajito a su madre, para que ella vea que yo también sé tocar la fibra. Ya verás cuando su niño la desvalije... En cuanto a verle, no quiero ni en pintura. Ea, que no me da la gana. No sé si piensa pedir trabajo en las Cumbres, pero vamos, ya me encargo yo de que no se lo den, palabrita

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