martes, 30 de diciembre de 2014

y... otro año más

Pues sí amigos, otro año más que se acaba, y este... este ha sido de traca

En serio, ha tenido cosas muy buenas, pero también muy malas.

Efectivamente perdí  mi trabajo en julio. Y claro, como no podía ser de otra manera, todo ha ido mal. No ha venido a buscarme nadie con el trabajo de mi vida, no. Y encima los señores del Inem han decidido que ya debía trabajar. Eso sí, sin cotizar. Llevo medio mes y estoy baldada. No he fregado más en mi vida. Eso sí, soy una experta en limpiar baños... es lo que más me gusta, y eso dice mucho de mí, ¿verdad? Ahora trabajo 6 horas al día. Como soy tan desgraciada, encima me gusta eso de tener una obligación, vamos, tener un sitio en el que cumplir cada día. Oficialmente soy peón de jardinería, aunque no he visto un jardín ni nada que se le parezca aún. De hecho, cada vez que me acerco a una planta, la pobre se marchita. Extraoficialmente, soy fregona. Eso es. No se me da mal, y no me importa, en serio. Yo hago lo que sea. La pena es que el paro sigue corriendo. Eso sí, nos van a pagar algo más, que a día de hoy (30 de diciembre) aún no sé cuánto va a ser. Bueno, ya veremos cómo se da la vida.
Lo peor de todo es que mamá está en el hospital. Y sí, tenemos que dar gracias. Y sí, no se ha matado de milagro. Y sí, no se ha quedado paralítica. Así que... Gracias joder! Gracias por un puto año de mierda, porque acabe como empezó con uno de mis padres en el hospital. Por traernos de cabeza, con horarios de hospital, y mierda de hospital. Gracias Dios. Cuando veo a mi madre escayolada e inmovilizada tengo que apretar los dientes para no ponerme a gritar. Y los muy mamones quieren darle ya el alta. Coño! si no puede ni ir al baño. Pobrecita mía. La más fuerte de todos y mira.
Soy egoísta ¿verdad? Al menos los dos están vivos, al menos tengo un trabajo en el que cobro algo (creo), tengo a mi familia y todo está relativamente bien.
Pues eso, feliz año a todos