Sí, por fin estoy solita en la librería y puedo dedicarme a escribir aquí un rato. El caso es que siempre tengo mucho que contar, y voy por la calle y se me ocurren miles de ideas para hacer unas entradas cojonudas, pero, luego, me siento ante el blanco folio y..., joé, bloqueo del escritor. Estaba claro que con mi historial, tarde o temprano yo también acabaría cayendo en él. Y qué queréis que os diga, es una jodienda, porque oye, mi vida no es de lo más interesante del mundo, que yo lo sé, eh?, pero sí que tengo un montón de gente interesante a mi alrededor, y de todos ellos me encanta escribir.
Por ejemplo, mi sobrina, la rubita, nueve años y está pidiéndole a su abuelo que le enseñe los rudimentos del álgebra y la trigonometría, vamos, si a mi ratona se le ocurriera hacer algo así, a mí me daba algo de la emoción, pero no, no corro peligro de momento.
Hablando de la luz de mi vida, hoy se ha ido con su padre, y no la vuelvo a ver hasta el año que viene. Yaaaaaaaa, que son 3 días ¿no? pues es una mierda. Es la primera vez en la vida que voy a empezar el año sin ella, y tengo una congoja encima que no sé expresar. Lo peor de todo es que esto lo he fomentado yo, pero coño, venían todos, todos todos. Y María no se lo quería perder. Tuve que hacer de tripas corazón y cambiar la fecha. Así que ahora, cuando me coma las uvas, me faltará mi personita encima de mis rodillas, y como soy tonta perdida, seguro que me pongo a llorar y les doy la noche a todos. Así es una, qué se le va a hacer.
Otra es lo de la cena de Nochebuena, por Dios qué lío. Veinte personas en una casa como un cuchitril. jajjaa, nos habíamos acostumbrado a hacerlo en el restaurante con sus salones inmensos... Ahora como ya no tenemos bar, pues nada, en casita. Joder qué desastre. Temblando estoy pensando en Nochevieja. Bufffff. Para el año que viene me busco un plan y uno de los dos días no ceno con mis padres, porque son como el Grinch, y lo peor es que antes había uno bueno y uno malo, ahora son horrorosos los dos!!!, Eso y cenar con 7 niños pequeños, lo dicho, un coñazo. Pero qué bonita es la Navidad, oye.
Ahora estamos otra vez con el rollo de los reyes, y eso sí lo llevo un poco mejor. Sinceramente, creo que es el último año que mi ratona se va a creer esto, así que lo estoy aprovechando al máximo, porque se acaba una etapa muy bonita. O a lo mejor no, sólo ha pedido Nenucos, cacharritos y cochecitos... Por mí, que la infancia le dure hasta los 18. Mejor jugar con muñecas que otras cosas ¿verdad? Así que me he gastado un potosí en un coche con capota, eso sí, 3 en 1 convertible en no sé qué. Osú, osú, osú.
Menos mal que viene mi chico a buscarme hoy. Hace mucho frío y esta mañana casi me congelo en el autobús. Que sepais que estoy siendo infiel de pensamiento. jajaja, y de ganas de serlo!!! Al final va a ser verdad que soy una zorrona. Pero la culpa la tiene Mariano, debe ser cosa de la tensión sexual no resuelta, así que yo lo tengo clarísimo, no me voy a enrrollar con él en la vida. Mola lo de las miradas y las palabras con doble sentido. Lo malo es que yo sé que me pondría enferma si a Rafa se le ocurriera hacer lo mismo. Ay! qué queréis que os diga, yo no soy mala, pero me han dibujado así...
Feliz sábado a todo el mundo
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