Sí, por fin, este ha sido el último fin de semana que hemos tenido el bar abierto. Parecía que no iba a terminar nunca, y eso que este no ha sido especialmente cansado, no, la verdad es que no.
Pero todavía me acuerdo cuando decidimos esto en julio, joé, sí que lo veía lejos, lejos, lejos...
Pues hala, ya está hecho, berberecho.
Ahora me voy a dedicar a... ¿a qué? Ayer me preguntaba María que si ahora que no voy a ir al bar me voy a quedar todo el día metida en casa. Yo le contesté que no, que ahora voy a hacer lo que me apetezca, esa perra se mosqueó y me dijo que tendría que contar con ella ¿no? Pues no, le dije yo, para hacer lo que me apetezca no tengo que contar contigo para nada. Bastante cuento con ella todos los días.
No he dicho nada, pero el viernes voy a llevarla al parque de bolas y como colofón, una hamburguesa para cenar, eso sí, dormirá con mis papis, así yo tengo tiempo para mí. Luego quiero levantarme el sábado pronto, ir a buscarla y llevarla al pueblo a comprar el pan y la prensa ¿a que suena aburrido? Pues bien, tened en cuenta que voy a hacer cosas que no he hecho jamás. Así que hasta que no me aburra yo, no podéis decir nada ¿ok?
Hablamos pronto
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