sábado, 14 de abril de 2012

Lo prometido es deuda

Pues eso, que como es sábado, toca escribir.
Ayer vi un anuncio, "Chinos de colores", qué bien, dije yo. Los chinos no me quedan mal, y hay unos colores chulos chulos.
Pero nanay. Resulta que ahora los chinos son pitillos. Me cago en la puta madre de los pitillos, no me puedo comprar unos pantalones sin parecer un monstruo, y es que mis piernas... vale, mis piernas son mis piernas, pero por lo que tengo visto, tienes que tener las piernas perfectas para que esa mierda te quede bien. Lo peor es que encima se llevan pesqueros. Joooooder, hala, más y más difícil todavía. Manda huevos.
Y claro, luego está la otra opción, no te lo pierdas, porque del pitillo pasamos a la pata de elefante, que ahí sí que parezco un mamut cuando me los pongo, porque una de dos, o los llevas directamente debajo de las axilas o vas enseñando "bigote".
De todas formas, estoy pensando que tampoco voy a tener mucho problema, porque a saber qué ropa se va a llevar el día que yo pueda volver a comprarme algo. Mi estilo es "clásico", así que te puedes poner lo mismo un año y otro y otro y sigues pareciendo la misma aburrida de siempre.
Así me dice mi querida princesa: "mami, ¿tú no tienes ropa chula como la abuela?", cagüen la leche...

1 comentario:

  1. ¿Ves? Por eso yo prefiero las faldas y los vestidos, que si hace frío te plantas unas leggins y solucionado, ;) ¡Ánimo! Siempre hay un roto para un descosido, besitos!!

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